Producto
I
Estereotipos
culturales.
Muchas personas son discriminadas por motivos de raza,
sexo, orientación sexual, discapacidad o por padecer enfermedades o trastornos
mentales. Para que se produzca la discriminación, por tanto, es necesario ver a
la persona discriminada como formando parte de un grupo o colectivo por el que
se siente rechazo o desagrado.
La base de la
discriminación suele encontrarse casi siempre en los estereotipos, que son
creencias, ideas y sentimientos negativos o positivos hacia ciertas personas
pertenecientes a un grupo determinado. Cuando se realiza una valoración
negativa de un grupo en base al estereotipo, el resultado es el prejuicio.
Cuando los prejuicios llevan a una persona a actuar de un modo determinado
respecto al grupo o individuo prejuzgado, el resultado es la discriminación
(por ejemplo, impedir que alguien de raza negra o gitana entre en un
determinado local o en el caso de nuestros niños que por se “gordito” no es
aceptado en el equipo de fut bol, de ahí surgen diferentes cuestionamientos
como a continuación señalo
¿Cuál es el proceso que lleva a una persona a
despreciar o maltratar a otras por ser diferentes?
1.
Categorización.
Todos los seres humanos tendemos a categorizar el mundo que nos rodea para
poder manejarlo y entenderlo mejor. Por ejemplo, si entramos en un centro
comercial y necesitamos información sobre un producto, buscamos una persona que
encaje dentro de la categoría de dependiente y la encontramos fácilmente
consiguiendo así, de forma rápida, aquello que deseábamos.
El problema es que
la clasificación social hace que se exageren las diferencias entre grupos y que
los veamos como muy homogéneos, de manera que todos sus miembros nos parecen
iguales. Por ejemplo, ¿qué imagen viene a tu mente cuando piensas en un
contable, un abogado o un albañil?
2. Estereotipos. Esta tendencia a establecer categorías y
a agrupar a las personas dentro de ellas es lo que da lugar a los estereotipos,
que van más allá de la mera categorización e incluyen rasgos de personalidad,
emociones, aficiones, gustos, etc. que se cree que comparten los miembros de un
grupo. Así, alguien puede pensar que un contable es aburrido y que no le gustará
ir de escalada.
La información que
contienen los estereotipos es la siguiente:
1. Información acertada pero exagerada. Por ejemplo, los
hombres son, efectivamente, más agresivos que las mujeres, pero estas
diferencias son bastante pequeñas, aunque tiendan a verse como mayores y sólo
se dan en la agresividad física, no habiendo diferencia en la verbal.
La mayoría de la gente se forma una impresión de los
demás al observar su comportamiento y su ocupación. A veces esa ocupación está
asignada por la sociedad. Por ejemplo, en la Edad Media, los judíos apenas
podían dedicarse a otra cosa que no fuese la manipulación del dinero. Esto hizo
que fuesen vistos como personas cuyas características de personalidad eran
ideales para esta tarea.
Igualmente, durante
mucho tiempo, la sociedad ha empujado a las mujeres al cuidado de otras
personas o del hogar o a posiciones subordinadas. Esto hizo que fuesen
percibidas como maternales, sensibles a las necesidades y sumisas, cualidades
requeridas por el rol de ama de casa o subordinada. Así , si muchas mujeres
actúan según el rol tradicional de madre sin trabajo remunerado, serán vistas
según la imagen tradicional (sensibilidad, calidez, suavidad, sumisión). Esta
visión podría perjudicar a una ejecutiva que trata de abrirse camino en una
empresa competitiva, creándole ansiedad o conflicto ante la idea de la
maternidad, pues incluso ella misma podría empezar a verse de un modo que no
encaja con su identidad de ejecutiva.
¿Cuál es la función de los estereotipos? ¿Por
qué se mantienen?
1. Aumentar la autoestima. Una de sus funciones es hacer
que las personas se sientan bien al compararse con un grupo al que consideran
inferior o menos competente. Tendemos a pensar que nuestro grupo es único y sobre
estimamos sus cualidades positivas (somos los más inteligentes, los más
limpios, los más honestos, etc.), mientras que las características negativas
las compartimos con los demás y las vemos como algo que todo el mundo tiene o
hace (si robamos y pensamos que todo el mundo roba, nos parece que somos menos
ladrones).
2. La discriminación puede beneficiar al grupo que
discrimina. Por ejemplo, impedir a las mujeres el acceso a un trabajo
remunerado deja libres para los hombres más puestos de trabajo y les da el
poder de ser quienes ganan el dinero.
3. Prestamos más atención a aquello que corrobora
nuestros puntos de vista. Cuanto más intensamente mantengamos un estereotipo,
más tendremos a fijarnos y a recordar la información que lo apoya, la cual, a
su vez, los hace más fuertes. Por ejemplo, la persona que piensa que los gays
son afeminados, tenderá a fijarse sólo en aquellos cuyo aspecto avale su teoría
mientras que no prestará atención al resto.
4. Desechamos o racionalizamos la información que es
contradictoria con nuestros puntos de vista. Las personas que piensan que los
musulmanes son agresivos considerarán que los atentados perpetrados por
musulmanes corroboran su punto de vista. Si ven a musulmanes que no se muestran
agresivos, los considerarán excepciones o los categorizarán dentro de un
subgrupo aparte no agresivo (por ejemplo, empresarios musulmanes), o bien
pensarán que están fingiendo y no se están mostrando como realmente son. De
este modo pueden mantener sus prejuicios incluso ante la evidencia que los
contradiga.
Al destacar el carácter procesal y complejo del
prejuicio, damos cuenta de los diferentes componentes que lo conforman.
Hablamos del componente cognitivo, sobre el que actúan fuertemente los medios
de transmisión cultural. También del componente afectivo, donde aparecen las
emociones que suscita al individuo; y, como consecuencia de los dos anteriores,
el componente conductual. Éste último es el que resulta más fácilmente
evaluable desde la psicología social. En el estudio que presentamos a
continuación centraremos nuestra atención en este último componente, no sólo
por su facilidad de evaluación, sino por ser un desencadenante y reflejo de los
dos componentes anteriores, el cognitivo y el emocional.
Es importante darnos cuenta como docentes que todos estos
estereotipos de prejuicios se dan en nuestras aulas, debemos tomar estrategias
que nos lleven a modificar y cambiar estos procesos dentro de la vida cotidiana
de nuestros alumnos.
compañero maestro espero te sirva como apoyo en estos nuevos cursos, recuerda que es una guía del trabajo 1 del nuevo taller "desarrollo de competencias para la atención a la diversidad en y desde la escuela" si decides tomarlo como tu producto realiza algunos comentarios propios y modifica el texto... graciás... por visitar mi blog... saludos a todos!!!! nos vemos en mi próxima publicación.
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